domingo, 5 de febrero de 2006

Un poco de historia

Estaba pensando que algo tenía que hacer con la "medida".  No sé bien cómo explicarlo pero creo que la dificultad que tenemos para cuidarnos, para elegir lo que nos hace bien... es algo relacionado con cierta actitud depresiva.  A veces vamos bien en muchas cosas pero sospechosamente nos olvidamos de mirarnos "el ombligo" hasta que el mismo cada vez está más adelante.  Y cuando -hartas de no reconocernos en las fotos ni en los videos de vacaciones-, nos convencemos que esa en la que no me quiero reconocer no es otra que yo misma, entonces nos preguntamos con incredulidad:  "Pero... ¿cómo llegué hasta aquí?"

Es muy difícil estar siempre atenta, remontar ese tremendamente exitoso trabajo de negación sistemática que hacemos para poder engordar 10, 12, 15 kilos sin apenas "darnos  cuenta". (de la misma manera que uno, mientras fuma, hace oídos sordos a las noticias terribles sobre los riesgos, pasa rápido las páginas de un pulmón ennegrecido, cambia de canal cuando están pasando algo anti-tabaco.  Y se molesta con la familia que se queja porque una no se cuida).

 

Yo toda mi vida me cuidé y me descuidé.  Hasta el 98 siempre oscilé entre 5 y 8 kilos de más... a veces llegaba mas o menos a mi peso "habitual, no ideal", 58 kilos .  Luego andaba luchando... Pero en el 99 algo ocurrió y comencé a subir, a subir... de pronto me encontré con 74 kilos no sabía cómo... y seguí subiendo... Pero en vez de pesarme o comprarme ropa nueva más grande, usaba la que se estiraba: no me resignaba ni a "reconocerme gorda" ni me animaba de veras a cambiar.

Lo verdaderamente loco es que nunca dejé de "cuidarme": tomo todo amargo, las ensaladas me acostumbré a comerlas sólo con sal, a veces con una cucharadita de aceto... Desgraso todo. No como fritos...

Sin embargo todavía tengo que descubrir cómo es que me "desbando" y pierdo registro del momento en que comí (un postre, unas empanadas, una tostada de más...)  

Hay  una cosa que me parece que hacemos mal: si cuando nos desbandamos" nos damos con un hacha, nos castigamos, nos ponemos a "lechuga y agua" no sólo hacemos una locura con nuestro cuerpo, tan mala como comer de más, sino que perdemos de vista que ya bastante nos castigamos con el sobrepeso.

Necesitamos más castigos?  Yo creo que NO ES UNA CUESTION DE VOLUNTAD.  Es una cuestión de entender sobre esta adicción.  Este vacío que sentimos que queremos llenar a toda costa. 

Sí… más de uno o una van a saltar por diversos motivos cuando uso la palabra adicción.  Hay mucho para decir sobre el tema y no pretendo hablar profesionalmente de la adicción.  Para resumir, solo diré que de aquí en adelante voy a llamar “adicción” a toda aquella cosa de la que dependo, no importa si me hace mal o bien, y que dependo de tal manera que me pongo obsesiva con la cuestión y no puedo pensar en otra cosa.

Escribo entonces mi manifiesto:  si alguien me lee “obsesiva” con esto de bajar de peso también, háganmelo saber.  Porque mucho no sé del tema pero lo que sé… es que nunca da resultado cambiar una obsesión por otra.

 

Vamos a andar…